domingo, 12 de agosto de 2007

El Amor y la Locura

EL AMOR Y LA LOCURA

Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso:
- Vamos a jugar a los escondidos?
La Intriga levanto la ceja intrigada y la Curiosidad, sin poder contenerse,
- le pregunto:
- A los escondidos? Y como es eso?
- Es un juego - explico la Locura - en el que yo me tapo la cara y empiezo a contar desde uno hasta un millón, mientras ustedes se esconden, y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que encuentre ocupara mi lugar para continuar el juego.
El Entusiasmo bailo entusiasmado, secundado por la Euforia. La Alegría dio tantos saltos que termino por convencer a la Duda, e incluso a la Apatía, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar. La Verdad prefirió no esconderse: para que?, si al final siempre la hallaban, y la Soberbia opino que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido de ella), y la Cobardía prefirió no arriesgarse.
- Uno, dos, tres... - comenzó a contar la Locura. La primera en esconderse fue la Pereza, como siempre tan perezosa se dejo caer tras la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol mas alto. La Generosidad casi no alcanza a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos:
- Que si un lago cristalino?, ideal para la Belleza. Que si una hendija en el árbol?, perfecto para la Timidez. Que si el vuelo de la mariposa?, lo mejor para la Voluptuosidad. Que si una ráfaga de viento?, magnifico para la Libertad. Así, termino por acurrucarse en un rayito de sol.
El Egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio: aireado, cómodo, pero solo para él. La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris), y la Pasión y el Deseo en el centro de los volcanes. El Olvido..., se me olvido donde se escondió el Olvido, pero eso no es lo más importante. Cuando la Locura contaba ya novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve, el Amor aun no había encontrado sitio para esconderse entre sus flores.
- Un millón - contó la Locura y comenzó a buscar. La primera fue la Pereza, a solo tres pasos detrás de una piedra. Después se escucho a la Fe, discutiendo con Dios sobre Teología, y a la Pasión y al Deseo los sintió vibrar en los volcanes.
En un descuido encontró a la Envidia y claro, pudo deducir donde estaba el Triunfo. Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo, el solo salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de avispas.
De tanto caminar sintió sed, y al acercarse al lago descubrió a la Belleza, y con la Duda resulto más fácil todavía, pues la encontró sentada en una cerca sin decidir aun en que lado esconderse.
Así fue encontrando a todos. Al Talento, entre la hierba fresca. A la Angustia, en una oscura cueva. A la Mentira, detrás del arco iris (mentira en el fondo del mar). Hasta el Olvido... se le olvido que ya se había olvidado que estaba jugando a los escondidos!
Pero, solo el Amor no aparecía por ningún sitio. La Locura busco detrás de cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas y, cuando estaba por darse por vencida, diviso un rosal y penso:
- El Amor, como siempre tan cursi, seguro se escondió entre las rosas...Tomo una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escucho.
Las espinas habían herido los ojos del Amor.
La Locura no sabia que hacer para disculparse: lloro, rogó, imploro, pidió perdón y hasta prometio ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugo en la Tierra a los escondidos,
El Amor es ciego y la Locura siempre lo acompaña.
Mario Benedetti

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