Asombrarse

De Sol y de Sombra

-¿Cómo hace para saber tanto acerca de las personas y de la vida?-le
preguntaron.

-No se trata tanto de saber como de ver-respondió el "joven anciano"-.
Durante años he seguido al pie de la letra el método de los sabios: Revisar
lo viejo para encontrar lo nuevo. A-sombrarme es quitarle a las cosas la
"sombra de acostumbramiento" que me hace volver a ver siempre lo que vi una
vez. Asombrarme es sacar tesoros de las sombrar y ponerlos a la luz del sol
de la curiosidad y la conciencia. Asombrarme es exactamente eso: tomar
conciencia de lo que me rodea a un nivel más profundo.

Asombrarme me permite descubrir. Y descubrir -en palabras de Marcel Proust-
es volver a mirar el mundo, supuestamente conocido, con nuevos ojos. Sí!
¡Con ojos nuevos! ¡Ojos recién estrenados! Ojos que desconfían de haberlo
visto todo; ojos que no creen los informes de la mente que dicen "estamos en
terreno conocido" y se niegan a seguir el instructivo del programa "vida
automática".

Asombrarme me permite revalorizar mi vida, mis manos, el milagro de mi
respiración, la maravilla de un zorzal que me despierta o de una nube.

Y asombrarme cada día es la capacidad de disfrutar de un trébol sin
necesitar que tenga cuatro hojas. Porque los ojos del asombro cotidiano no
clasifican la vida en lo normal y lo extraordinario. Son ojos que pueden ver
lo extraordinario en lo normal. Ojos que hacen de lo extraordinario la
norma. No son ojos ordinarios...porque no siguen un orden. No siempre siguen
las órdenes cabeza: no necesariamente ven lo que "tienen" que ver. Son ojos
independientes: no necesitan que les digan qué es lo que hay que ver.

Ojos valientes: se animan a reconocer lo que ven en lugar de negarlo por
raro, distinto o "loco". Son ojos libres. Ojos que saben que la realidad que
muestran los medios de comunicación es una realidad. Son ojos agradecidos.
Cada día miran por primera vez y agradecen simplemente porque toman
conciencia de que pueden ver lo que ven.

Si a estos ojos les das un sueño, lo encuentran en cada instante. Si a estos
ojos les das una pregunta, empapelan las calles de respuestas...y de nuevas
preguntas! Si a estos ojos les das tu vida, te devuelven una posibilidad.

Te invito a saborear las siguientes miradas:

¿Con qué ojos estoy mirando mi vida?
¿Con qué ojos estoy mirando mi negocio?
¿Con qué ojos estoy mirándome?

¿Estoy pudiendo ver algo nuevo hoy...o ya me acostumbré a la sombra?